Esta semana, en el blog Club de Escritura, nos enseñan cómo funciona una máquina para hacer poesía, tan sencilla y accesible, que cada uno de nosotros tenemos una (o varias) en casa. Os animo a que le echéis un vistazo.
Siguiendo sus instrucciones, el libro elegido es una Antología Poética de
Miguel Hernández y, tras decidir que el poema tendrá siete versos, empiezo a tirar el dado...
De este modo, la diosa fortuna (y a alguna pequeña
variación para que hubiera concordancia) dan como resultado el siguiente poema:
Amarillo,
el platillo,
que zumba por la punta de las botas.
Vas al partido rojo del torero,
fuera, arriba, en el palco y en la grada,
activando su ilustrísima victoria
y el vientre disparatado.
Mágico, ¿no creéis?
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