“Para comprenderse a sí mismo, el hombre necesita que otro lo comprenda. Para que otro lo comprenda, necesita comprender al otro” (P. Watzlawick)

miércoles, 10 de abril de 2013

Un triste adiós



José Luis Sampedro (Barcelona, 1 de febrero de 1917 - Madrid, 8 de abril de 2012).

Un triste adiós para un hombre admirable que, a sus 96 años, mantenía un compromiso, una implicación y un activismo por los derechos de la ciudadanía ejemplares y envidiables.

Escritor, humanista y economista, que manifestó que, a pesar de lo que se pueda pensar de su formación, "prefería, en lugar de hacer más ricos a los ricos, hacer menos pobres a los pobres".


En una reciente entrevista se declaró "satisfecho de haber vivido su propia vida". Algo aparentemente tan sencillo y, sin embargo, treméndamente complejo en los tiempos que corren.

Vital, optimista, indignado, crítico, solidario, inconformista... pero, en mi caso, siempre recordado como, en su momento, le conocí: con una sonrisa etrusca.

La vieja sirena (fragmento)-

"Si nunca despertaste en sobresalto
febril, precipitándote hacia el lado
vacío de tu lecho, tanteándolo
con manos que se obstinan vanamente
contra implacable ausencia.

Si no sentiste entonces la muerte
desgarrándote en vida y agrandando
el vacío entre tus venas inflamado,
el vano apartamiento de tus muslos,
el ansia de tu sexo.

Si no rompió tu voz ese gemido
que acuchilla la turbia madrugada...
es que en tu corazón no ardía la hoguera
que llamamos amor.

En ella me consumo y es mi grito
tu nombre: a ti me abro en carne viva.
Mi piel muere en espera de la tuya,
mi sexo late con ansiosa boca
de pez en la agonía.

Y al no llegar tus labios con tu bálsamo
ni el fuego sosegante de tu lengua
mi mano se fatiga inútilmente
en estéril caricia...

Porque tan sólo tú tienes las alas
para el vuelo que mata y da la vida."



 * Página oficial de José Luis Sampedro

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