Todo lo contrario a lo deseado y muy diferente a lo que me
hubiera gustado ofrecer. Es decir, una analogía de la realidad misma. De la
persecución de lo inalcanzable que cada cual se autoinflige para considerarse
especial. Para disfrazar su vacuidad con un poco de esperanza. Para alimentar
de futuro lo que no es más que un insípido presente.
Hubiera querido iniciar este blog con una entrada diferente.
De una forma original y sincera. Y, después de muchos inicios posibles, tras muchas ideas y venidas que resultaban
mentiras adornadas, he decidido empezar así.
Ni mejor ni peor. Sólo con verdad. Mi verdad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario